¿Qué es el estrés?
El estrés es el mecanismo que se activa cuando aparecen situaciones cuyas demandas superan nuestros recursos, o pensamos que los superan, y requieren una inversión mayor de energía para poder superarlas.
Este mecanismo consta de tres fases: en la primera el cuerpo y la mente se activan y se preparan para hacer frente al estímulo estresor, después hay un periodo en el que ese nivel de activación se mantiene constante hasta que, en la última fase, cuando el estímulo estresor ha desaparecido, disminuye.
Esto quiere decir que es un mecanismo que nos ayuda a superar diferentes situaciones pero ¿cuándo empieza a ser negativo? Cuando el nivel de estrés es muy intenso y se mantiene durante periodos de tiempo largos se convierte en nocivo y puede tener consecuencias negativas tanto psicológicas como físicas.
¿Cómo nos afecta?
El estrés puede afectar a nuestra salud de manera directa, influyendo en la aparición y desarrollo de ciertas enfermedades, o de manera indirecta, evitando la realización de conductas saludables o fomentando la realización de conductas perjudiciales como fumar, beber, malos hábitos alimentarios, etc.
El estrés mantenido por un largo tiempo puede producir dolores de cabeza, problemas en el sistema digestivo, falta de energía, problemas de memoria y concentración, cambios de humor, síntomas depresivos, ansiedad, disfunciones sexuales, problemas musculares, cardiacos, de sueño, con la comida, etc.
Aparición de estrés
La aparición de estrés, como con todo, va a depender de cada persona, de la forma de evaluar e interpretar la situación, de las herramientas de afrontamiento que se tengan, de las características personales y también de la red de apoyo social que exista en ese momento.
Diferencias entre estrés y ansiedad
Estos dos conceptos pueden llevar a confusión y utilizarlos como sinónimos, pero en realidad no lo son. Una de las diferencias es que las situaciones que producen estrés están relacionas con factores externos, como puede ser el trabajo, y la ansiedad con factores internos, con pensamientos negativos y emociones de miedo y angustia que originan interpretaciones subjetivas de las situaciones. Por tanto los estímulos estresantes son más concretos e identificables que los que producen la ansiedad. La emoción principal en el estrés es la preocupación y en la ansiedad el miedo.
Otra diferencia es que el estrés aparece cuando aparece el estímulo estresor y desaparece cuando este también desaparece, por ejemplo, si no hemos gestionado bien el tiempo para realizar cierto trabajo el estrés aparecerá durante la realización de ese trabajo, pero cuando lo hayamos entregado desaparecerá. Sin embargo, unas de las causas de la ansiedad es un miedo anticipatorio hacia algo que aún no ha sucedido y, además, la duración de los síntomas puede alargarse mucho más en el tiempo.
Modos de afrontarlo
El estrés es necesario para superar diversas situaciones que requieren más esfuerzo, pero el problema aparece cuando está en una intensidad muy alta o se mantiene durante largos periodos de tiempo.
Por eso para poder luchar contra el estrés se deben conocer sus síntomas, las situaciones desencadenantes e intentar alejarse de esas fuentes de estrés, realizar actividades como el ejercicio o técnicas de relajación, aprender a ver los problemas desde otras perspectivas y buscar soluciones diferentes, poner límites ante el exceso de tareas y admitir que no podemos controlar ni cambiar algunas situaciones.
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