La función de la comunicación
La comunicación es una capacidad y una necesidad para el ser humano, a través de ella intercambiamos información y mostramos nuestro estado. Por tanto es algo muy importante para la supervivencia.
Es importante utilizar una comunicación eficaz, ya que si no nos expresamos de manera clara nuestro mensaje puede ser distorsionado y tomar un significado distinto al que pretendíamos.
¿Cuáles son los estilos de comunicación?
Podemos encontrar tres estilos de comunicación:
- Estilo pasivo: las personas con este tipo de estilo se caracterizan por una preocupación excesiva por agradar a los demás y deseo de evitar confrontaciones, lo que hace que no puedan mostrar sus opiniones, sentimientos, necesidades o deseos. Utilizan frases cortas, un tono de voz bajo y evitan tener contacto visual y físico con su interlocutor. No les gusta llamar la atención, por eso muestran conformidad con las decisiones ajenas. Todo esto lleva a que se produzcan conflictos interpersonales, problemas en el estado de ánimo, ansiedad, sensación de pérdida de control, autoimagen negativa, etc.
- Estilo agresivo: a través de este estilo las personas intentan de imponer sus pensamientos y conseguir lo que desean sin tener en cuenta las opiniones o necesidades de los demás. Pueden llegar a utilizar amenazas, intimidación o sarcasmo y tienen una actitud de enfado y de reproches. Utilizan un tono de voz elevado, invaden el espacio personal de la otra persona y muestran signos de tensión e interrumpen constantemente a su interlocutor. Con este estilo también se producen conflictos interpersonales, sentimientos de frustración, enfado, tensión y malestar cuando están con otras personas.
- Estilo asertivo: en este caso la persona expresa de manera clara y firme, pero siempre respetuosa con los derechos y necesidades de los demás, sus ideas y pensamientos. Es la forma de comunicación más eficaz ya que la persona es capaz de hablar claramente a los demás, expresando sus deseos y necesidades. Esto ayuda a que la relación con los demás sea más positiva y flexible, a que la persona sienta que tiene el control, y a que resuelva los problemas de manera efectiva y relajada. En este caso se utilizan expresiones como “qué te parece si…”, “a mí me gustaría…”, “yo creo y pienso que…”, entre otras. Esta es la comunicación más sana.
¿Utilizamos siempre el mismo estilo?
La forma de comunicarnos depende, en gran medida, de las habilidades sociales del sujeto y cada persona tiene un estilo de comunicación más frecuente o predominante, pero dependiendo de la situación este puede variar acercándonos más a otro tipo. Por ejemplo, si estamos en un ambiente en el que nos encontramos inseguros quizás nos comuniquemos de forma más pasiva, por el contrario si nos encontramos en un ambiente que controlamos bien quizás nos mostremos más agresivos o asertivos.
Con diferentes técnicas y con trabajo podemos conseguir un estilo de comunicación predominantemente asertivo que influirá de manera positiva en nuestro bienestar general.
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