Múltiples estudios han demostrado que los animales de compañía influyen de manera positiva en la mejora de la salud física y de la salud mental. Es cierto que tener un animal de compañía suma responsabilidades a nuestro día a día, pero simplemente el hecho de acariciar a nuestra mascota disminuye nuestro nivel de tensión y reduce nuestro estrés. Por otro lado, el sentir que requieren nuestros cuidados y atención hace que nos sintamos útiles, por lo que aumenta nuestra autoestima y reduce nuestra sensación de soledad. Por todos estos beneficios, y por muchos otros, los animales se están incluyendo cada vez más en diferentes tipos de terapia.
Un animal de compañía puede aumentar nuestro bienestar, pero nosotros también podemos hacer que la vida de ese animal sea mejor, ya que por desgracia hay muchos animales que son abandonados y sus condiciones de vida no son las más adecuadas, las protectoras se esfuerzan muchísimo, pero la mayoría no tiene recursos y sí muchos animales de los que ocuparse. Por eso, antes de tener algún animal, sea el que sea, preguntad antes en las protectoras para ver los que hay en adopción, por qué no solo se adoptan perros, también hay en adopción gatos, conejos, cobayas, tortugas, etc. Y si podemos hacerle la vida mejor a un ser vivo, pues hagámoslo.
Caso especial, los perros
Es cierto que todos los animales de compañía aportan bienestar, pero los perros son animales muy especiales que han llegado a ir más allá de ser solo compañía.
Por ejemplo, la terapia con perros ayuda a estimular la autoestima, las actividades motrices y sociales, reduce la ansiedad, la depresión y aumenta la responsabilidad. Estos animales ayudan a personas con diferentes dificultades de movilidad, para muchas personas son sus ojos, brazos y piernas, también ayudan en casos de epilepsia y se ha demostrado que las personas mayores que están en proceso de duelo lo superan de manera más sana al tener perro.
También nos ayudan a incluir la actividad física en nuestra rutina ya que necesitan salir a pasear todos los días, varias veces al día, y al menos una de esas salidas debe tener un tiempo considerable para que el animal descargue energía, y la actividad física también ayuda a nuestro bienestar psicológico.
Por supuesto, son un fuerte apoyo social, nos hacen compañía, nos proporcionan amor incondicional, afecto, seguridad y protección. Además, favorecen nuestra estimulación mental porque son animales activos que requieren nuestra atención.
Niños y animales de compañía
En los niños los animales de compañía les ayudan a su desarrollo psicomotor, fortaleciendo los músculos, mejorando la coordinación y la motricidad fina.
Además, mejora las habilidades sociales y les enseña la importancia de la colaboración y el compromiso, también estimula el sistema visual, auditivo y táctil, entre otras cosas.
Se ha demostrado que los niños que tienen problemas de atención y/o hiperactividad mejoran su capacidad de aprendizaje cuando está su animal de compañía con ellos ya que les hace sentir seguros.
En conclusión, tener un animal de compañía es una gran responsabilidad pero también es una gran ayuda emocional y psicológica.